La
identidad y el yo
La adolescencia se concibe
normalmente, por lo que se refiere al autoconcepto, como una época tanto de
cambio como de consolidación. Hay varias razones para esto.
- · En primer lugar, los importantes cambios físicos
- · En segundo lugar, el crecimiento intelectual en la adolescencia
- · En tercer lugar, parece probable que se produzca cierto desarrollo del autoconcepto como resultado de la independencia emocional creciente y el planteamiento de decisiones fundamentales relacionadas con la ocupación, valores, el comportamiento sexual, las elecciones de amigos, etc.
- · Por último, parece probable que la naturaleza transicional del periodo adolescente y, en particular los cambios de rol experimentados en esta época, estén asociados con algunas modificaciones de autoconcepto.
La manera en que los jóvenes
se comprenden y perciben a sí mismos, y su propia actividad (agency) y
personalidad, tienen un poderoso efecto sobre sus reacciones posteriores a
diversos acontecimientos de la vida. El dilema esencial para un joven que desea
integrarse plenamente en la sociedad es es que existe entre “desempeñar los
roles apropiados y el “yo”. Es importante poder mantener elementos de individualidad
o el yo.
La adolescencia es un época en
la que el individuo lacha para determinar la naturaleza exacta de su yo, y para
consolidar una serie de elecciones en un todo coherente que constituya la
esencia de su persona, claramente distinta de los padres y otras influencias
formativas. Sin este proceso hacia la individualidad el joven puede
experimentar despersonalización.
En el proceso de
socialización, los diversos adultos (padres, profesores, líderes de la
juventud) con los que el joven interactúa son relevantes como modelos de rol y
agentes sociales, pero también son importantes las funciones del yo, la
competencia percibida y la identidad coherente. El joven se compromete en un
proceso en el que la clave para la maduración psicológica es dar sentido al
mundo social y encontrara en él un lugar confortable.
Factores
asociados con el desarrollo del autoconcepto
Hay diversa maneras de
conceptualizar el autoconcepto.
OFFER es muy conocido por el
desarrollo del cuestionario de Autoimagen de Offer. En este cuestionario la
autoimagen del adolescente se desglosa en cinco áreas globales de
funcionamiento psicosocial, y se divide luego además en diez escalas.
Yo
psicológico
Escala de control de
impulsos
Escala de salud emocional
Escala de imagen corporal
Yo
sexual
Escala de sexualidad
Yo
social
Escala de funcionamiento
social
Escala de actitudes
vocacionales
Yo
familiar
Escala de funcionamiento
familiar
Yo
de afrontamiento
Escala de independencia
Escala de seguridad en sí mismo
Escala de salud mental
HARTER desarrollo un perfil
de autopercepción que se basó en un procedimiento de análisis factorial, e identificó
como resultado de este procedimiento ocho dominios específicos del
autoconcepto: competencia académica,
competencia laboral, competencia deportiva, apariencia física, aceptación
social, amistad íntima, atracción romántica y comportamiento.
SHAVELSON ha propuesto un
modelo más complejo. SHAVELSON y cols. (19769 y MARSH y cols. (1988) creen que
en la parte superior del modelo hay un autoconcepto general bastante estable,
que se basa en dos dimensiones principales; el autoconcepto académico y el no académico. Dentro del autocncepto no académico se establece una distinción entre
autoconcepto social, emocional y físico, cada uno de los cuales se basa en
otras facetas más detalladas del yo.
a medida que se hacen
mayores, los jóvenes dan muestra de una mayor necesidad de organizar , los
rasgos, de manera que se acoplen juntos y formen u todo coherente. Es interesante
señalar que esta mayor conciencia de la importancia de tener una personalidad
coherente puede crear algunos problemas para los que se encuentran en los años
intermedios de la adolescencia. Presumiblemente, la resolución o aceptación de
estos conflictos es parte del proceso evolutivo que contribuye a un paso hacia
la madurez.
Es probable que este cambio
hacia una conciencia a menudo dolorosa del yo y de la propia apariencia ante
los demás se derive de diversos factores. La mayor capacidad cognitiva
desempeña su papel, junto con el crecimiento físico asociado a la pubertad. Un cuerpo que cambia puede
llevar con facilidad a un sentimiento de que el yo se altera, y esto a su vez
puede causar inmensa timidez, a medida de que el joven se hace cada vez más
consciente de las otras personas y de su propia apariencia ante ellas.El egocentrismo y la introspección están
estrechamente relacionados, pues cuando el adolescente comienza una nueva fase
de tentativas por comprender el yo emergente, este aspecto del mundo interno se
convierte durante un tiempo en una preocupación importante.
Autoestima
La autoestima ha recibido más
atención que casi cualquier otro concepto como barómetro del afrontamiento y la
adaptación.
En un estudio de ROSEMBERG
(1965). La investigación se centró en adolescentes jóvenes de 17 y 18 años. La autoestima
se midió con una escala de autoinforme de 10 ítems (es decir, un instrumento en
el que las personas que respondían tenían que indicar en qué grado estaban de
acuerdo o discrepaban de aseveraciones como “Siento que soy una persona
valiosa, al menos en igualdad de nivel con los demás”).
Se mostró que la baja
autoestima estaba relacionada con la depresión la ansiedad y el mal rendimiento
escolar. Tanto los adolescentes con autoestima alta como los de autoestima baja
eran similares en sus deseos de tener éxito al dejar la escuela, pero era más
probable que el grupo de baja autoestima sintiera que nunca alcanzaría el éxito.
Los adolescentes con autoestima alta se caracterizan por: confianza, en sí
mismos, el trabajo duro, el potencial de liderazgo y la capacidad para causar
buena impresión. Los adolescentes de baja autoestima se caracterizaban por una
sensación de incompetencia en las relaciones sociales, aislamiento social y la
creencia de que las personas no los comprendían y respetaban.
La mayor parte de esos
estudios ha venido a reconocer que no solo el autoconcepto es multidimensional,
sino que la propia autoestima probablemente también lo es.
HOGE y cols. (1995) revisan
los estudios que exploran la relación entre el logro académico y la autoestima.
Como estos autores y muchos otros señalan (por ejemplo MARSH, 1987), el
problema es seleccionar que variable influye en cual, ¿Es la autoestima alta la
que lleva a un rendimiento escolar mejor o al revés?.
Es muy posible que el éxito en clase
incremente la autovaloración. HOGE y cols. (1995). Llegaron a la conclusión ae
que por el momento, no se puede tomar una decisión firme sobre la dirección
casual de la relación.
La mayoría de los
investigadores están de acuerdo en lo que la satisfacción con la propia
apariencia física es lo que contribuye a la autoestima global.
HARTER (19909 cita a un
adolescente que dice: “Lo que realmente me importa es la apariencia que tengo,
se me satisface mi aspecto, entonces me gusta realmente el tipo de persona que
soy”. El logro académico y el éxito en los deportes también contribuyen, aunque
en menor grado. Hay una diferencia clara de género con respecto a la importancia relativa del atractivo físico:
este factor es más importante para las muchachas que para los muchachos.
Otro factor con una relevante
contribución a la autoestima es la opinión de otras personas importantes para
el adolescente, pero ¿Quiénes influyen más en la adolescencia? El trabajo de
HARTER (1989, 1990) ha sido significativo qui. Su investigación muestra que parece
haber un cambio evolutivo, con arreglo el cual los padres pierden importancia
en función de la edad. Así para los niños, las percepciones de los padres
desempeñan un papel más importante que ninguna otra variable en la
determinación de la autoestima.
Enfoques
teóricos para el desarrollo de la identidad
ERIKSON (1968) es una figura
clave en cualquier análisis del desarrollo de la identidad. Erikson concebía la
vida como una serie de estadios, asociado cada uno de ellos con una tarea
evolutiva particular de naturaleza psicológica. En la lactancia, por ejemplo. La
cuestión es establecer un sentimiento de confianza básica, y combatir
desconfianza. Se considera aquí que la relación es crucial en la creación de
una base sobre la que el bebe pueda construir relaciones de confianza posteriores.
Por lo que la adolescencia se refiere, la tarea implica el establecimiento de
una identidad coherente, y la anulación del sentimiento de difusión de la
identidad.
ERIKSON creía que la búsqueda
de la identidad se hace especialmente aguda en este estadio como resultado de
varios factores. Así, destaco el fenómeno del rápido cambio biológico y social
durante la adolescencia, y señalo especialmente la importancia para el
individuo de tener que tomar en esta época decisiones importante casi en todas
las áreas de la vida.
Según ERIKSON (1968), la
difusión de la identidad tiene cuatro componentes principales:
- · En primer lugar, está el reto de la intimidad. Aquí el individuo puede tener el compromiso o la implicación en las relaciones interpersonales intimas a causa de la posible pérdida de su propia identidad.
- · Segundo lugar, existe la posibilidad de una difusión de la perspectiva temporal. Aquí el adolescente encuentra imposible hacer planes para el futuro, o conservar cualquier sentido del tiempo.
- · Después, esta difusión de laboriosidad, en la que el joven encuentra difícil aprovechar sus recursos de manera realista en el trabajo o el estudio.
- · Por último, el concepto de una identidad negativa. Se hace referencia con esto a la selección por el joven de una identidad exactamente opuesta a la preferida por los padres u otros adultos importantes.
Estos cuatro elementos, por
lo tanto, constituyen los rasgos principales de la difusión de la identidad,
aunque desde luego no todos estarán presentes en un individuo que experimenta
una crisis d identidad. El joven puede retrasar elecciones de identidad
importantes y experimentar roles para descubrir la clase de persona que desea
ser. Aunque este estadio puede llevar a desorientación o perturbación, tiene, según
ERIKSON, una función saludable.
El trabajo de MARCIA (1966,
1993) es primordial a este respecto. MARCIA define cuatro niveles de identidad:
- Difusión de la identidad. Aquí el individuo no ha experimentado todavía una crisis de identidad ni ha establecido un compromiso con una vocación o conjunto de creencias. Tampoco hay indicación de que se este intentando activamente establecer un compromiso.
- Hipoteca de la identidad. En este nivel el individuo no ha experimentado una crisis, pero no obstante está comprometido con sus metas y creencias, en gran parte como resultado de elecciones hechos por otros.
- Moratoria. Un individuo está en esta categorías no ha resuelto todavía la lucha por la identidad, pero busca activamente alternativas en un intento por llegar a una elección de identidad
- Consecución de la identidad. En este estadio, se considera que el individuo ha experimentado una crisis, pero la ha resuelto en sus propios términos, y ahora está firmemente comprometido con una ocupación, una ideología y con roles sociales.
Los teóricos de la identidad
están dirigiendo su atención cada vez más al contexto de la formación de la
identidad. Un reflejo de esta tendencia se puede ver en los títulos de las nuevas
publicaciones. Los artículos exploran la interacción entre el desarrollo de la
identidad y los contextos histórico, geográfico y étnico, y parece probable que
esta tendencia adquiera impulso en los años venideros.
Una
revisión de la investigación sobre la identidad étnica
Uno de los cambios
sorprendentes de enfoque en las publicaciones durante la última década ha sido
mayor la atención que se ha prestado en la identidad étnica, y ha quedado claro
que los que trabajan con jóvenes de culturas minoritarias tienen que reconocer
la importancia de esta dimensión del desarrollo adolescente. Por supuesto, hay
amplias diferencias individuales, y la cultura, el contexto y el origen social tendrán
su efecto en la importancia que tenga este rasgo de la identidad, o el la falta
de ella.
ALGUNAS
RECOMENDACIONES DE PELICULAS PARA TRABAJAR LA AUTOESTIMA.
Karate
Kid (1984):
Daniel Larusso es un joven que llega a Los Ángeles con su madre. Trata de
adaptarse a la ciudad, pero un grupo de jóvenes estudiantes de karate le hacen
la vida imposible. Con la ayuda de Miyagi, un profesor de este arte marcial,
Larusso aprenderá a pelear y a confiar en sí mismo para superar los
obstáculos.
Amelie
(2001): Esta fantástica película es una buena forma de mostrar un ejemplo de
superación. Amelie es una chica tímida que no ha tenido una vida sencilla y,
aun así, decide dedicar sus acciones a mejorar la vida de los demás, y que
adquiere confianza en sí misma a medida que se desarrolla el argumento,
enfrentándose a todos sus miedos y entendiendo que no puede dedicar su vida a
salvar el mundo cuando ni siquiera se ha salvado aún a ella misma.
¡Imprescindible!.
El
diario de Bridget Jones (2001): Lo que a uno mismo puede
suponerle un gran complejo, suele pasar desapercibido para los demás. "Me
gustas muchísimo, tal y como eres".
Intocable
(2012):
Un accidente puede ser un parte aguas en tu vida, no obstante, no es un
impedimento para tener una buena actitud que sea contagiosa.
Forrest
Gump (1994): “La vida es como una caja de bombones, nunca
sabes lo que te va a tocar." Y más vale disfrutar los bocados buenos.
ESTRATEGIAS PARA TRABAJAR LA AUTOESTIMA
1.- Listado de nuestras fortalezas:
Muchas veces recordamos las
críticas, las cosas que hacemos mal, las ofensas, pero nos olvidamos de
recordar nuestros éxitos, elogios, halagos. Para ello vamos a hacer una
recopilación de los mismos, es una forma de darles más peso:
Busca una libreta para
trabajar (física o virtual y
realiza tres listas:
En una recopila los elogios
que recuerdes que te hayan dicho otras personas a lo largo de tu vida
En otra enumera las
capacidades y fortalezas que tú consideras que posees.
En un tercer listado enumera
cosas que te hagan sentirte orgulloso de ti mismo (logros, actitudes ante
alguna situación, etc.)
Te pongo un pequeño ejemplo:
Elogios
Recibidos:
“Eres muy divertido”
“Se te dan bien los niños”
“Dibujas muy bien”..etc.
Mis
Fortalezas:
Soy paciente.
Sé escuchar a los demás.
Soy respetuoso con las
opiniones de otros.
Soy generoso..etc.
Estoy
orgulloso de:
-Cómo afronté y superé una
enfermedad grave que tuve.
-Haber ayudado y apoyado a
un amigo cuando pasó un mal momento.
- Haberme sacado el carnet
de conducir a la primera etc.
Puede que en un principio te
cueste recordar situaciones, elogios, etc. Tómate tu tiempo.
Sería recomendable que
dedicaras varios días a ésta tarea: te aconsejo ir rellenándolo poco a poco
durante al menos una semana.
Una vez tengas el listado
reflexiona:
En los elogios recibidos
¿Cuánto te crees cada elogio? (enumera del 1 al 10: 1 no me lo creo y 10
creerlo completamente) Si no has puntuado todos los elogios recibidos con un 10
piensa: ¿qué pasaría si los creyeras todos 100%? ¿Qué cambiaría en tu actitud o
en tu concepto de ti mismo?
En cuanto a tus fortalezas
¿qué dicen de ti mismo? ¿Qué habilidades y recursos crees que hay detrás de cada
fortaleza? ¿Hay otras fortalezas o valores que te gustaría fomentar?
En cuanto a las cosas de las
que estás orgulloso: ¿Qué dicen de ti mismo? ¿Qué valores y qué habilidades hay
detrás de cada una?
Haz un resumen de tus
habilidades, recursos y valores y ponlo en algún lugar en el que puedas verlo
asiduamente.
2. Afirmaciones
positivas:
Cada día frente al espejo
debes mirarte a los ojos, y decirte en voz alta una afirmación positiva.
En ese ejercicio lo más
importante es el espejo, mirarte a los ojos, reconocerte: y luego darte un
mensaje positivo o de ánimo.
Puede que al principio te
resulte incómodo, artificial o ridículo.. pero has de superar esa sensación y
hacerlo cada día durante al menos 3 semanas, como un reto. ¿te atreves?
Las afirmaciones positivas
pueden ser siempre las mismas o diferentes, siempre han de estar en presente y
referirse a ti mismo, y ser realistas. No se trata de mentirte o darte mensajes
irreales, sino de conectar contigo y date mensajes positivos y de ánimo, por ejemplo:
amor propio
- Me respeto y me cuido.
- Puedo hacer lo que me proponga (puedes
cambiar el "lo que me proponga" por objetivos concretos.)
- Tengo las riendas de mi vida.
- Confío en mí mismo.
- Merezco ser feliz y busco mi felicidad.
- Me quiero profundamente.
Bibliografía
Jhon C. COLEMAN, Leo B.
HENDRY. Psicología de la adolescencia. Cuarta edición. MADRID.
https://psicologia-estrategica.com/autoestima-3-ejercicios-fortalecerla/