lunes, 5 de marzo de 2018





SALUD ADOLESCENTE
Resultado de imagen para imagenes de salud adolescente

Algunos autores han examinado diversos aspectos de la salud adolescente, incluidos los riesgos para la salud. Por supuesto, hay algunas formas bastante obvias de riesgo sobre las que las personas jóvenes tienen poco control: crecer en la pobreza (DENNEHY y cols., 1997;ROKER, 1998); los efectos de la guerra y la condición de refugiado; ser convertido en víctima y recibir los malos tratos de los adultos; el hambre y la opresión política (GIBSON-KLINE, 1996).En diversas partes del mundo, todos estos factores pueden presentar riesgos de salud para las personas jóvenes.

HURRELMAN y LOSEL (1990) han propuesto, los comportamientos personales en la adolescencia pueden contribuir a la morbilidad y la mortalidad, de manera que el tabaco, la bebida, el uso de drogas y otras actividades peligrosas afectan a la salud de la persona joven.

Muchas personas jóvenes experimentan la transición a la edad adulta con relativa facilidad, pero algunas son obstaculizadas por fuerzas económicas y estructurales que hacen muy difícil su paso a la posición adulta. Otras tienen la desgracia de verse obligadas a afrontar demasiados retos para su autoestima y su identidad a la vez.

La preocupación adulta se ha centrado, en particular, en el uso de drogas y alcohol, el consumo de cigarrillos, la conducta sexual y la delincuencia. La mayor parte de estos comportamientos no serían alarmantes si se vieran en adultos, pero se percibe que son inapropiados para las personas en proceso de crecimiento.

El concepto de asunción de riesgos está mal definido. ¿Es parte de la estructura psicológica de la juventud —un estadio de búsqueda de emociones en la transición evolutiva— o un paso necesario para la adquisición de las destrezas y la autoestima adultas? ¿O es consecuencia de un impulso social o cultural de los adultos para marginar a la juventud, porque ven a los jóvenes, en su transición de niño controlable a adulto controlado, como origen de problemas y como una amenaza para la estabilidad de la comunidad?.

En primer lugar, hay comportamientos de búsqueda de emociones. Lo que distingue el comportamiento de búsqueda de emociones adolescente es una combinación de frecuencia (toman parte en estas actividades más a menudo que los adultos para ponerse a prueba a sí mismos y aprender) y recursos (tienen más acceso que los niños al dinero y al tiempo, y como resultado de su experiencia limitada, carecen de juicio de sus propias capacidades y el alcance del riesgo que están corriendo).

En segundo lugar, hay comportamientos de asunción de riesgos controlados por la audiencia. Para ser aceptados, encontrar un lugar en un grupo de compañeros y establecer una posición social, las personas tienen que demostrar algunas cualidades y capacidades. Los adultos limitan muchos comportamientos y actividades adolescentes, y desafiar normas es para muchos adolescentes un paso en el desarrollo de la independencia.

En tercer lugar, hay comportamientos de asunción de riesgos que son conductas irresponsables. No se realizan a causa del peligro que suponen, sino a pesar de él, para lograr otras metas deseadas. Estos comportamientos irresponsables demuestran la incapacidad de los individuos para ver las consecuencias a largo plazo o, si éstas son evidentes, su falta de disposición para abstenerse de estas actividades a causa de las ventajas a corto plazo percibidas.

CONSUMO DE CIGARRILLOS
 Resultado de imagen para imagenes consumo de cigarrillos en adolescentes

El consumo de cigarrillos se establece a menudo en la adolescencia y tiene consecuencias a largo plazo significativas desde el punto de vista de la morbilidad y la mortalidad en la edad adulta (HOLLAND y FITZSIMONS, 1991). Aproximadamente el 10% de los adolescentes de 11 a 15 años de edad es fumador regular, y ha habido pocos cambios durante los doce últimos años (DIAMOND y GODDARD, 1995).
Han observado que los adolescentes fumadores tienden a manifestar algunas características generales: tienen familiares y amigos que fuman; es más probable que procedan de familias monoparentales; pueden tener baja autoestima, menos confianza, más ansiedad y escasas aspiraciones educativas, y su tiempo de ocio lo pasan trabajando a media jornada o “yendo a sus lugares preferidos”.

Las intervenciones basadas en la escuela y dirigidas a reducir las tasas del consumo entre los adolescentes pueden mejorar el conocimiento, pero no influyen necesariamente en la conducta (NUTBEAM y cols., 1993). Los adolescentes tienen ya niveles altos de conocimiento sobre los riesgos que conlleva (MACFARLANE y cols., 1987; TURTLE y cols., 1997).

CONSUMO DE ALCOHOL
 Resultado de imagen para imagenes consumo de alcohol en adolescentes
En la sociedad actual, el consumo de alcohol entre los adolescentes es común. Las publicaciones sobre la adicción a la bebida en los jóvenes describen este comportamiento como parte del proceso de socialización del niño en adulto (por ejemplo, SHARP y LOWE, 1989). En Inglaterra y Gales, la mayoría de los adolescentes (el 82% de los chicos y el 77% de las chicas) ya ha consumido su primera bebida “propiamente dicha” a los 13 años de edad.

Aunque las consecuencias a largo plazo para la salud de ingerir regularmente grandes cantidades de alcohol se comprenden bien, a corto plazo hay también efectos para la salud y sociales derivados de la bebida infrecuente pero muy abundante. Por consiguiente, parte de los datos sobre “ebriedad” pueden ser en realidad más interesantes.

Los adolescentes pueden obtener alcohol con facilidad queriéndolo directamente. BALDING (1997) indica que aproximadamente una cuarta parte de los alumnos de 15 años comunicaba haberlo comprado en un supermercado o establecimiento de venta de bebidas alcohólicas para consumo externo la semana anterior, y un 10% lo había adquirido en un bar. Un estudio a mediados de la década de 1980 mostró que la mayor parte del consumo de alcohol de los jóvenes se hacía los fines de semana y, en relación con las cantidades, las chicas bebían menos que los chicos en todos los grupos de edad (MARSH y cols., 1986).

Para algunos, el alcohol había proporcionado una experiencia de “transformación” que les permitía trascender su ámbito perceptivo normal; para otros representaba un escape. Había algún indicio de que podían existir estadios en la manera de pensar de los jóvenes sobre la bebida: desde el consumo excesivo a una temprana edad, con pérdida de control, a los patrones “sensatos”, y la bebida según los propios “límites”. En ocasiones, los hermanos mayores o los amigos actuaban como consejeros, diciendo cómo debían beber o vigilando a los adolescentes menores en las fiestas. Las resacas y otros efectos molestos se aceptaban como parte del proceso de aprendizaje.

Para los jóvenes, beber es un medio de introducirse en un mundo de sensaciones más intensas. Sus razones para consumir alcohol —sociabilidad, descanso, compañía, excitación, etc, son las mismas que las de los adultos, y los jóvenes perciben esta conducta como su aceptación cada vez mayor en la “sociedad que bebe”. Lo que está claro es que la educación para la salud dirigida a los jóvenes sobre la cuestión del consumo de alcohol tiene que luchar contra los significados conferidos a estas actividades y los cambios fundamentales identificados tanto en los patrones de bebida como en sus razones para la embriaguez.

DROGAS ILEGALES
Resultado de imagen para imagenes de consumo de drogas en adolescentes

Otra preocupación importante de la sociedad adulta es el uso inadecuado de drogas por los adolescentes. En un extenso estudio realizado en el noroeste de Inglaterra, PARKER y cols. (1998) examinaron a los jóvenes entre los 14 y los 18 años de edad, y los hallazgos indicaron un aumento en el uso del cannabis del 30% a los 14 años al casi 60% a los 18. Se utilizaban también otras drogas ilegales, aunque ni con mucho hasta el mismo punto. El éxtasis, por ejemplo, lo utiliza el 19% de los jóvenes de 18 años. La sociedad en general expresa una gran preocupación por ello.

La expresión de esta preocupación puede hacer realmente más peligroso y atractivo el consumo de drogas de los adolescentes. Puede hacerlo peligroso criminalizando las drogas “blandas” y, así, marcando y “estigmatizando” a los usuarios, y puede hacer atractivo su uso para algunos grupos al crear la emoción de la ilegalidad y un riesgo “controlado por la audiencia” (por ejemplo, HENDRY y KLOEP, 1996). A su vez, esta exposición excesiva, a menudo por los medios de comunicación de masas, hace difíciles para los adolescentes las campañas de prevención basadas en la información, reduciendo así la efectividad de las políticas de reducción de daño.

Los programas de prevención basados exclusivamente en dar información no parecen proporcionar cambios mensurables en el comportamiento (por ejemplo, ROBSON, 1996). ROKER y COLEMAN (1997) comunican los resultados de un estudio en el que se entrevistó a 2.100 jóvenes de 11 a 16 años de edad sobre la educación en drogas y la información sobre ellas. Estos indicaron que les gustaría recibir educación en drogas proporcionada por una persona con experiencia personal de drogas ilegales, y por recursos más confidenciales, como libros y folletos. Desde luego, hay gran insatisfacción con las ofertas actuales de los programas de educación para la salud (por ejemplo, SHUCKSMITH y HENDRY, 1998).

La mayor parte del uso de drogas entre los adolescentes es experimental y a corto plazo, sin que haya datos de daño o implicación apreciables a largo plazo. Sin embargo, se ha propuesto que la experimentación a una edad temprana y la frecuencia elevada de uso del cannabis se asocian con problemas de riesgo más alto (ROBSON, 1996). Por tanto, es importante que los planteamientos para los jóvenes sean sensibles a los significados que rodea su implicación y sus motivaciones para participar. Deberíamos intentar ver la situación desde la perspectiva del joven, y adoptar además un enfoque cultural y legal más amplio.

PREOCUPACIONES DE LOS JÓVENES
Resultado de imagen para imagenes adolescentes preocupados

¿Qué preocupa a los jóvenes?

Como hemos advertido, se considera generalmente que los adolescentes son una población sana a causa de su contacto relativamente bajo con los servicios de salud. Sin embargo, en un estudio escolar de adolescentes de 13 a 15 años de edad con cuestionarios realizados en 9 escuelas comprensivas de Londres, los jóvenes demostraron que sus preocupaciones de salud principales trataban del peso, el acné, la nutrición y el ejercicio (EPSTEIN y cols., 1989). Además, como varios estudios han mostrado, parece haber una necesidad no satisfecha de debatir el desarrollo sexual, las enfermedades de transmisión sexual y la anti concepción (véase, por ejemplo, SHUCKSMITH y HENDRY, 1998). Por lo general, se muestra que los adolescentes tienen menos interés en hablar sobre el tabaco, el alcohol o las drogas —todas las preocupaciones adultas— con los profesionales de la salud. Además, en una encuesta por correo realizada a jóvenes de 16 a 20 años registrados en una práctica general en el centro de Londres, el 30% de las chicas y el 15% de los chicos comunicaron que algo iba mal con su salud y, en particular, que tenían sobrepeso (BEWLEY y cols., 1984).

Estar en posesión de las destrezas básicas para “llevarse bien con otros” se veía como un componente esencial para un sentimiento de salud y bienestar. Se consideraba que pocos adultos apreciaban la naturaleza de las necesidades de los adolescentes de aprender estas destrezas sociales o la importancia de la tarea evolutiva implicada y, generalmente, que los adultos podían aprender a ser más empáticos con las preocupaciones de los jóvenes. Se recogieron más datos de las entrevistas acerca de la necesidad de educar sobre la depresión y otras enfermedades afectivas. Los jóvenes creían también que debían recibir una especie de “educación emocional”, que incluía aprender a afrontar la ira y comprender (es decir, reconocer) las emociones, los estados de ánimo y qué hacer con ellos, incluido abrirse paso por los problemas del dolor y la pérdida (PERSCHY, 1997).

LEWIN (1980) propuso que la posición social de los adolescentes, que no es la de los niños ni la de los adultos, es lo que contribuye a sus problemas emocionales y de comportamiento. Aunque puede haber períodos difíciles, que incluyen momentos de desesperación, confusión, soledad y dudas sobre sí mismos, la mayoría de los jóvenes afrontan estos sentimientos e intentan corregir las situaciones adversas que los causan (PLANCHEREL y BOLOGNINI, 1995).Se puede afirmar que el logro de las tareas evolutivas implicadas en la transición adolescente influye positivamente en la salud mental. KLEIBER y RICKARDS (1985) afirman que “el orden del día esencial de los adolescentes es establecerse como individuos con un sentido del yo y con alguna legitimidad, ejerciendo sus capacidades en expansión en aspectos que los hagan efectivos en la sociedad más amplía.” NuRMI (1997), en un excelente artículo que muestra las relaciones entre la definición de sí mismo y la salud mental auténtica, pone de relieve también este punto. Además, los factores externos desempeñan también su papel, ya que sobre el desarrollo influyen varios contextos diferentes, particularmente los contextos familiares y escolar, que se han encontrado asociados, junto con las características individuales, con riesgos de salud y de comportamiento (RESNICK y cols.,  1997).

SALUD MENTAL

La mayor parte de los problemas de salud mental diagnosticados tienen su comienzo en la adolescencia (KOSKY, 1992; D. STEINBERG, 1987). Generalmente, sin embargo, este período se puede ver como una época de adaptación a numerosos cambios y que proporciona oportunidades para el crecimiento y el desarrollo. la mayor parte de los problemas de salud mental diagnosticados tienen su comienzo en la adolescencia (KOSKY, 1992; D. STEINBERG, 1987). Generalmente, sin embargo, este período se puede ver como una época de adaptación a numerosos cambios y que proporciona oportunidades para el crecimiento y el desarrollo.

Tres tipos amplios de factores generadores de estrés se han asociado con problemas de salud mental en este grupo de edad (HODGSON y ABBASI, 1995). Incluyen: el estrés normal o normativo, como el cambio a una escuela nueva; el estrés no normativo grave, como, por ejemplo, el divorcio de los padres, y el estrés crónico grave, que se ejemplificaría por vivir en condiciones de pobreza seria.

DENNEHY y cols. (1997) escribieron que generalmente se asume que la salud mental cubre una amplia variedad de problemas, incluido el suicidio, la depresión y la esquizofrenia. Sin embargo, la salud mental se debería concebir como algo más que la simple ausencia de enfermedad mental (WILSON, 1995).Esto es particularmente significativo para los jóvenes, cuyo estado de salud mental depende esencialmente de su bienestar emocional, que a menudo se relaciona con el dominio de las relaciones interpersonales y el ambiente social, en lugar de tener sus orígenes en factores médicos o cognitivos. Se ha demostrado en numerosas ocasiones que la pobreza familiar, el desempleo y el trastorno psiquiátrico en los padres y la negligencia física y emocional tienen una influencia negativa sobre el desarrollo infantil y aumentan los riesgos de trastorno psiquiátrico y, particularmente, de trastorno disocial (GOODYER, 1994).

En los casos de intento de suicidio, las dificultades de relación parecen ser el problema citado con más frecuencia (HAWTONy cols., 1996), siendo también comunes el desempleo y el abuso de sustancias, especialmente en los varones (MACFARLANE y cols., 1987). Los que han intentado suicidarse corren significativamente más riesgo de morir finalmente por suicidio que el resto de la población (COLEMAN, 1996).El daño deliberado auto infligido se hace cada vez más común a partir de los 12 años de edad, siendo más extendido entre las muchachas (HAWTON y cols., 1996). Las razones para las diferencias de género pueden incluir la pubertad más temprana en las niñas, y que las muchachas jóvenes se enfrentan a esta edad a más problemas que los varones. Se considera también que los chicos tienen otros medios de expresar los problemas emocionales, incluido el comportamiento agresivo y la delincuencia (HAWTON y cols., 1996).

Ha habido poco cambio en la tasa de suicidio entre las mujeres durante el mismo período. Después de los accidentes, el suicidio es la segunda causa entre las más comunes de muerte en varones jóvenes, aunque es poco frecuente entre los muchachos menores de 15 años.

DEPORTES Y ACTIVIDADES FÍSICAS

Resultado de imagen para imagenes  de deportes y actividades fisicas en adolescentes

Los estilos de vida de los adolescentes que interesa a la sociedad adulta es la participación de éstos en la actividad física y el deporte. Hay una “caída” de la participación en los últimos años de la escolarización secundaria, particularmente cuando los jóvenes hacen la transición de la escuela hacia el trabajo, la formación laboral o la educación superior. Pasados los años escolares, la posición social de los jóvenes derivada de su categoría profesional produce claras diferencias en los niveles de salud y forma física (HENDRY y cols., 1993).

Los trabajos con jóvenes percibidos como “vulnerables” han utilizado a menudo el deporte y la aventura en al aire libre como mecanismos para aumentar la autoestima, desarrollar destrezas y fomentar las relaciones entre jóvenes y adultos (JEFFS y SMITH, 1990).Se supone que estableciendo retos en el nivel óptimo y superándolos, los jóvenes desarrollarán destrezas, autodisciplina y la capacidad para tomar las decisiones apropiadas, así como un sentido de responsabilidad y liderazgo. Estos retos, a su vez, los ayudarán en otros ámbitos de su vida. Actividades de aventura al aire libre como las caminatas por el monte, el montañismo, el piragüismo o el esquí se han utilizado así desde hace mucho tiempo (COTTERELL, 1996).

Por tanto, el deporte es una actividad que se aprueba socialmente y puede proporcionar autocontrol, búsqueda de sensaciones y aprobación de los iguales. Sin embargo, si el deporte se experimenta como la única manera de obtener la aceptación de los iguales, la aprobación de los adultos o ambos, el adolescente puede dedicarle demasiado tiempo y esfuerzo, descuidando otros logros, como las obligaciones académicas, o puede aumentar el “éxito” por engaños y medios ilegales, creando un “currículum oculto” en los deportes (por ejemplo, HENDRY, 1992).

Sin embargo, los deportes casuales orientados a la diversión pueden ser populares, especialmente con las mujeres jóvenes, cuando hay más enfoque en la sociabilidad, la diversión y ser competente más que en la competición. Por ejemplo, KLOEP (1998) encontró que la única actividad deportiva con participación creciente entre las chicas era bailar jazz. Por tanto, puede ser importante hacer hincapié en la idea del “deporte como ocio”, más que como una actividad competitiva y, especialmente para las chicas, como un vehículo para la interacción social y la diversión.


RECOMENDACIONES DE PELICULAS PARA REFORZAR EL TEMA

Requiem por sueño (2000, D. Aronofsky), describe varias adicciones (heroína, anfetaminas, concursos de tv, etc.). A pesar de la crudeza de algunas de sus imágenes es un material excelente para trabajar la prevención de las drogodependencias con grupos de adolescentes mayores ya que permite analizar el proceso de adicción y las consecuencias, a veces irreversibles, de la misma.

La torre de Suso (2007, T. Fernández), trata del alcoholismo social en un grupo de amigos, además sirve para analizar las relaciones entre padres e hijos, el compañerismo y la solidaridad.  A partir de esta película se pueden realizar propuestas didácticas sobre los efectos del alcohol, la respuesta ante la presión del grupo y la responsabilidad en diferentes tipos de relaciones.

Gordos (2009, D. Sánchez Arévalo). En este largometraje se analizan siete casos de obesidad. Es especialmente interesante el caso de una adolescente cuya obesidad es objeto de acoso por parte de sus compañeros de instituto y de su hermano gemelo.  Gordos sirve para analizar posibles causas y consecuencias de la obesidad en el desarrollo de la vida diaria.

Precious (2009, L. Daniels). La película narra la vida de una adolescente obesa, analfabeta y victima de violación por parte de su padre del que tiene dos hijos, uno con síndrome de Down. El visionado permite además de analizar aspectos de la alimentación, la capacidad de superación de Clarieece gracias a la ayuda su tutora y de una trabajadora social.


sábado, 3 de marzo de 2018


SEXUALIDAD ADOLESCENTE

Resultado de imagen para imagenes sobre sexualidad adolescente


El desarrollo sexual es una fibra central de toda la experiencia adolescente, y subyacente a él está la maduración biológica, que comienza al principio de la pubertad y continúa durante 3 ó 4 años, al menos. Sin embargo, el desarrollo sexual no sólo implica cambio biológico, sino también crecimiento y maduración en los mundos social y emocional de las personas jóvenes.
En la sexualidad adolescente influyen diversos factores; estos pueden ser internos, como por ejemplo la tasa de maduración pubescente, o externos, como el tipo de familia y el barrio, y el clima político de la época. Es así especialmente cuando los jóvenes parecen correr el riesgo de embarazo no deseado o infección por enfermedades de transmisión sexual.

CAMBIO DE PATRONES DEL COMPORTAMIENTO SEXUAL

Hay una creencia general de que la permisividad sexual alcanzó su punto culminante en la década de 1960 y que, más recientemente, los jóvenes han mostrado mayor moderación y una actitud más conservadora hacia el comportamiento sexual.

Existe hoy una posibilidad real de maduración más temprana que en decenios anteriores. Además, es evidente que los métodos para el estudio del comportamiento sexual adolescente tienen serias limitaciones.

Es difícil no deducir que actualmente hay más jóvenes que se inician antes en la actividad sexual que en las décadas de 1960 o 1970. La cantidad de individuos que entra dentro de esta categoría ha aumentado sin parar durante este período, aunque puede ser que el cambio haya sido más lento para las muchachas de lo que ha sido para los varones.
Otro cambio señalado por algunos comentaristas es la posibilidad de que los jóvenes tomen parte actualmente en una gama más amplia de comportamientos sexuales de lo que acontecía en decenios anteriores. Así, por ejemplo, la práctica del sexo oral parece estar muy difundida entre los adolescentes, y ha habido un cambio en las actitudes anteriormente negativas hacia el comportamiento sexual menos convencional. Un estudio de FORD y MORGAN (1989), los autores comunicaron que, entre los jóvenes de 18 años, el 46% de los varones y el 28% de las mujeres habían practicado el sexo oral con compañeros casuales.

Otra perspectiva sobre los cambios en el comportamiento sexual puede obtenerse a partir de las estadísticas sobre las cifras de embarazo adolescente. Sin embargo, estas tasas no nos hablan realmente sobre el nivel de actividad sexual, puesto que el uso, o la falta de uso, de anticonceptivos es claramente el factor determinante aquí.

Sin embargo, donde se han producido cambios, ha sido en la cantidad de abortos realizados en las jóvenes de este grupo de edad. El número de interrupciones del embarazo ha aumentado gradualmente con los años, de manera que actualmentesóloel50%delasconcepcionesdejóvenesmenoresde16añosllevanalamaternidad.

EL CONTEXTO Y EL MOMENTO DEL COMPORTAMIENTO SEXUAL ADOLESCENTE

Puede parecer obvio, pero es importante afirmar que el comportamiento sexual de los jóvenes tiene lugar en el contexto de las actitudes y la conducta del adulto.En gran parte del debate público sobre este tema, los comentaristas y las autoridades en la materia dan la impresión de pensar que los adolescentes están de algún modo aislados o separados de lo que sucede en el resto de la sociedad. Se les culpa por tener actitudes permisivas, o por establecer contactos sexuales casuales sin considerar las consecuencias. Hoy en día vivimos en una sociedad que es notablemente abierta sobre la sexualidad.

Los jóvenes ven material sexual en la televisión, las películas y los vídeos, en las vallas publicitarias y en las revistas de adolescentes. No podremos comprender la sexualidad adolescente a menos que reconozcamos el contexto en el que se produce y admitamos las importantes influencias de la sociedad adulta. De la serie de factores sociales que influyen en la sexualidad del joven, quizá es la familia el que se debería considerar primero. Autores como KATCHADOURIAN (1990), MOORE y ROSENTHAL (1995) y TARIS y SEMIN (1997) han resumido los aspectos en que los padres y otros miembros de la familia influyen en los jóvenes en este ámbito. En primer lugar, los padres tienen actitudes sobre la sexualidad. Estas se pueden relacionar con el cuerpo y sus funciones; pueden ser posiciones sobre la intimidad, el placer, la vergüenza y la culpa y, por supuesto, sobre la naturaleza de las relaciones íntimas.

TARIS y SEMIN (1997) nos recuerdan que también hay otros aspectos en los que los padres pueden influir. En algunas circunstancias, y con respecto a ciertas cuestiones, ellos pueden ser los educadores sexuales más efectivos, especialmente si son abiertos sin ser entrometidos, y están dispuestos a tratar el orden del día del joven, en lugar del suyo. Por otra parte, pueden dejarles establecer sus propios límites y tomar sus propias decisiones sobre el ritmo de su desarrollo sexual.

Es importante también mencionar la religión. Existen datos válidos que muestran que la fe religiosa influye en el comportamiento sexual durante la adolescencia (THORNTON y CAMBURN, 1987). Es probable que los jóvenes que tienen creencias religiosas retrasen la actividad sexual, y pueden ser también más propensos a la culpa y la ansiedad respecto a esta área en su vida. Las actitudes religiosas en los jóvenes están también estrechamente vinculadas con las creencias de los padres.

Para explicar estas diferencias de género, UDRY sostiene que, generalmente, los muchachos se desarrollan en un ambiente que es más tolerante y fomenta más la sexualidad masculina que la femenina. Como resultado, el estímulo que dan a los chicos los cambios en sus niveles de hormonas es totalmente suficiente para instigar el comportamiento sexual. Para las muchachas, la situación es más compleja, y en ella los controles sociales pueden influir más en la determinación del comportamiento.

La comunicación sobre el tema de la sexualidad ha sido el centro de varios estudios. Por último, al examinar la cuestión de las influencias sobre el comportamiento sexual, es importante considerar el papel de la comunicación. Como todos sabemos, el tema del sexo puede ser sumamente embarazoso, especialmente para los jóvenes.

AVENTURA AMOROSA E INTIMIDAD

Resultado de imagen para imagenes parejas adolescentes amorosas

Una de las críticas que a veces se dirige a los investigadores académicos comprometidos en el estudio de la sexualidad juvenil es que se otorga demasiada importancia a la conducta (en quién ha hecho qué a qué edad) y hay demasiado poco interés sobre el significado de las relaciones sexuales. Por tanto, es importante prestar alguna atención a las ideas de amor, aventura amorosa e intimidad. Esto es especialmente cierto, ya que sabemos, que en la vida de una persona joven, una experiencia de amor apasionado, o un compromiso ardiente en una relación íntima, se pueden convertir en el hecho más importante. Enamorarse es una parte integral de la experiencia adolescente.

Tanto ZANI (1993) como MOORE y ROSENTHAL (1998) se inspiran en las ideas de ERIKSON y proponen que enamorarse es parte de la búsqueda de la identidad o la definición de sí mismo. Como estos autores señalan, para ERIKSON la resolución de la crisis de identidad depende en parte de la capacidad para experimentar intimidad. Para ERIKSON, la intimidad implica apertura, compartir, confianza y compromiso. Así, una experiencia de intimidad contribuye al desarrollo de la identidad y la madurez, a través de las oportunidades para la exploración de sí mismo.

Las relaciones íntimas de naturaleza sexual durante este estadio del desarrollo provocan un efecto muy fuerte en el ajuste de la persona joven. Como hemos señalado, estas relaciones tienen un papel importante que desempeñar en la construcción gradual, a veces dolorosa, de una identidad coherente. Aunque pueden durar poco, estas experiencias moldean las elecciones futuras, así como las percepciones de auto valoración. Si la persona joven resuelve la ruptura de la relación sin demasiado trauma, y sale más rica y más sabia en algún sentido, el paso siguiente puede ser mucho más maduro evolutiva mente. Por otra parte, si la pérdida es demasiado dolorosa, y la experiencia no se integra por entero en otros aspectos del crecimiento, puede pasar algún tiempo antes de que pueda tener lugar un nuevo aprendizaje. En todo caso, no deberíamos subestimar la significación de las relaciones íntimas para los adolescentes.

JÓVENES Y SEXO SEGURO

Resultado de imagen para sexualidad en la adolescencia

No hay duda de que la llegada del fenómeno SIDA/VIH en la década de 1980 tuvo un profundo efecto en las actitudes hacia el sexo, así como en el propio comportamiento sexual. En primer lugar, se hizo evidente para todos que el sexo sin protección podía tener consecuencias terribles. Por supuesto, las había tenido siempre, tanto procedentes de las enfermedades de transmisión sexual como del embarazo.

Sin embargo para la gran mayoría de las personas jóvenes, plantea un riesgo relativamente menor, y esto ha llevado a un cambio de las actitudes públicas hacia el VIH/SIDA. En efecto, se puede decir que el péndulo ha oscilado demasiado en sentido opuesto, hasta el punto de que los jóvenes no consideran ya que el SIDA sea algo por lo que tengan que preocuparse. Sin embargo, la aparición de esta enfermedad de transmisión sexual ha tenido un profundo efecto en casi todo lo relacionado con la sexualidad, y consideraremos ahora algunos de los cambios que se han producido.

Es interesante señalar que los resultados de muchos de estos estudios hicieron resaltar el hecho de que, aunque había algunas lagunas en el conocimiento del VIH/SIDA de los adolescentes, en conjunto, los jóvenes sabían más sobre este asunto que sobre la fertilidad, la anti concepción u otras enfermedades de transmisión sexual. Esto lo explica, sin duda, el elevado nivel de publicidad dado al SIDA en los medios de comunicación en la época en que estos estudios tuvieron lugar, pero es un resultado preocupante, sin embargo, y ha llevado a llamamientos para una nueva consideración del currículum de educación sexual.

Los preservativos se usan más a menudo que ningún otro método, y la mitad de todos los jóvenes afirman haberlo usado para su primera experiencia sexual: un 20% comunica el uso de la píldora, mientras que un 24% indica no haber empleado ningún método. Varios estudios han intentado identificar los factores de riesgo asumidos al practicar el sexo sin protección. Aunque la falta de conocimiento puede ser un factor, es probable que desempeñe un papel relativamente menor en el cuadro general (MOORE y cols., 1996).
La manera más sencilla de comprender cómo se puede producir el sexo sin protección es considerar los requisitos para el uso de un preservativo. En primer lugar, es preciso adquirirlo y tenerlo disponible en el momento adecuado. Además, tiene que ser aceptable para ambos compañeros admitir que uno de ellos ha planeado practicar el sexo. Probablemente es necesario también poder hablar sobre el uso de un anticonceptivo y sentirse lo bastante seguros el uno del otro para arriesgarse a interrumpir la activación sexual.

La utilización de prácticas de sexo seguro depende de la confianza entre los compañeros, así como de un grado de planificación y comunicación. La investigación durante la última década ha demostrado que hay una amplia variedad de obstáculos para un sexo seguro en este grupo de edad. Es necesario un mayor reconocimiento de los factores sociales y psicológicos que actúan en los encuentros sexuales, así como un enfoque más holístico para la educación sexual.

SEXUALIDAD LESBIANA Y “GAY”EN LA ADOLESCENCIA

Durante los diez últimos años ha habido un reconocimiento mucho mayor del lugar de la sexualidad lesbiana y “gay” en la adolescencia. Deberíamos mencionar quizá uno o dos puntos sobre terminología. Se han utilizado los términos “gay” y “lesbiana” en lugar de “homosexual”, ya que generalmente se considera que entrañan evaluaciones más positivas de la conducta y de la identidad sexual enfocadas en el mismo sexo. Muchos análisis de esta materia incluyen además una consideración de los jóvenes bisexuales. Este tema es importante también, pues es evidente que los sentimientos de algunos jóvenes no están orientados necesaria o exclusivamente sólo hacia un sexo u otro. Hay algunos jóvenes que tienen sentimientos sexuales dirigidos tanto a hombres como a mujeres, y estos individuos pueden identificarse a sí mismos como “bisexuales”.

CASS, 1984; GOGGIN, 1995).Estos autores señalan cuatro estadios en el proceso de desarrollo de la identidad. En primer lugar, está el período de “sensibilización”. Durante este estadio, el niño o joven comienza a ser consciente de que puede ser diferente de los demás. Puede tener distintos intereses o puede comenzar a reconocer sentimientos sexuales que no son los mismos que los experimentados por otros del mismo género. El segundo estadio es el de “confusión de la identidad”. Aquí, el individuo experimenta una consciencia alterada del yo, activación sexual asociada con personas del mismo género, una sensación de estigma que rodea a la conducta “gay” o lesbiana, e información imprecisa con respecto a la homosexualidad. El tercer estadio es el conocido como “asunción de la identidad”. Aquí, el joven comienza a asumir la identidad de una persona que es “gay” o lesbiana, y puede expresar esa identidad a otros, al menos a amigos íntimos. El estadio final es el de “compromiso”. Llegado a este punto, el individuo puede comprometerse para una relación íntima con una persona del mismo género, y también puede revelar su condición a la familia y otras personas importantes.

Una persona que comienza a sentir que puede ser “gay” o lesbiana tiene que desarrollar estrategias de afrontamiento para hacer frente a la hostilidad y la ignorancia que rodea esta materia. Por supuesto, la estrategia más común es mantener los propios sentimientos en la intimidad, y esto tiene implicaciones de importancia crítica para las personas jóvenes en esta situación.

El rol de los padres es crítico a la hora de permitir que el individuo acepte su identidad sexual. Existe de nuevo aquí una gran necesidad de abordar la ignorancia que rodea a esta materia, para que las personas jóvenes puedan revelar su sexualidad a los padres sin encontrar los estereotipos y el prejuicio todavía muy extendidos en nuestra sociedad.
Es preciso hacer frente a la homofobia, especialmente en el entorno escolar. Las actitudes tienen que cambiar si debemos dar a los jóvenes “gays” y lesbianas la misma oportunidad que a los otros para desarrollar una identidad sexual sana y saludable.

PATERNIDAD ADOLESCENTE

Durante la última década ha habido un creciente interés por la cuestión de la paternidad temprana. Este fenómeno ha sido especialmente acusado en EE.UU., que ostenta la tasa de embarazo adolescente más alta del mundo, así como en Gran Bretaña, que posee la más alta entre los países europeos (COLEMAN, 1997a). La gran mayoría de las investigaciones sobre esta materia adoptan lo que se podría llamar un “modelo de déficit” de la paternidad adolescente, que compara desfavorablemente a los padres jóvenes con los mayores, esta investigación pasa por alto los recursos de los padres adolescentes. Una de las cuestiones a las que se dirige más a menudo la investigación sobre este asunto se refiere a las características de las jóvenes madres.

Varios estudios han mostrado una fuerte asociación entre el nivel socio económico y la incidencia de embarazo y maternidad adolescente. Como BABB dice: “los niveles más altos de nacimientos adolescentes se producen en las jóvenes con mayor desventaja socio económica”.

Además de estos factores demográficos generales, hay otras variables que desempeñan un papel. Así, por ejemplo, varios comentaristas han documentado una asociación entre el embarazo en la adolescencia y experiencias similares entre las madres de estas jóvenes (por ejemplo, SIMMS y SMITH, 1986). Además, parece que adolescentes especialmente vulnerables, como las que se han criado al cuidado de las autoridades locales, tienen más posibilidades que otras de ser madres a una edad temprana (QUINTON y RUTTER, 1988; CORLYON y MCGUIRE, 1997).

EDUCACIÓN SEXUAL EFECTIVA

Es esencial reconocer que la educación sexual no se puede ver como una materia independiente en el currículum escolar, ni como una estrategia aislada de otros servicios de salud sexual. Para ser efectiva, la educación sexual se tiene que conceptualizar en una manera holística, incorporada a un currículum de “vida sana” en las escuelas, o integrada con otras medidas de apoyo sanitario en la comunidad. Si existe una lección que se deba aprender de la investigación en la sexualidad adolescente, es que la educación sexual en el sentido biológico estrecho no es lo que los jóvenes necesitan, ni es probable que tenga un efecto esencial sobre las actitudes o el comportamiento.

PELÍCULAS ACERCA DE LA SEXUALIDAD Y EMBARAZO

Juno (2007, Jason Reitman). Recomendada por cualquier experto, tanto en cine como en psicología adolescente, esta comedia tiene como protagonista a una inteligente chica de 16 años que queda embarazada y su búsqueda de la pareja perfecta para darles su bebé en adopción.

¿Dónde quedó el amor? (2000, Matt Williams). De nuevo en formato comedia, aunque en esta ocasión con tintes dramáticos. Es la famosa Natalie Portman la encargada de dar vida a una adolescente de 17 años embarazada, a la que su novio deja abandonada a la puerta de unos almacenes, donde la joven decide instalarse a vivir.
Los chicos de mi vida (2001, Penny Marshall). Basada en una historia real, la de una joven aspirante a escritora que con 15 años queda embarazada y decide casarse con su novio.






LA FAMILIA EN LA ADOLESCENCIA

Resultado de imagen para imagenes de familias

El estadio adolescente implica un cambio fundamental en la forma de interacción de los padres y los jóvenes. Este cambio es gradual y, contrariamente a la creencia popular, no lleva a una ruptura completa de las relaciones. El papel central que los padres desempeñan durante la adolescencia. Investigaciones recientes han indicado que el conflicto dentro de la familia es menos frecuente de lo que se supone. Muchos adolescentes se llevan bien con sus padres, y recuren a ellos para obtener guía y apoyo cuando se enfrentan a problemas críticos en la transición a la edad adulta.

EL DESARROLLO DE LA AUTONOMÍA

Resultado de imagen para IMAGENES DE LAINDEPENDENCIA ADOLESCENTE

Se podría afirmar que el desarrollo de la independencia, o autonomía, con respecto a las relaciones familiares es una de las tareas clave para la adolescencia. Ser libres de la restricción parental, y lograr el control sobre la propia vida, es la meta de todo joven. El paso para este objetivo no es sencillo. Esto dependerá de las circunstancias de la familia, del origen étnico y de las oportunidades culturales, sociales y económicas disponibles en el ambiente. El género desempeñara también un papel, puesto que la autonomía para las mujeres se interpretara de manera diferente  a la de los varones jóvenes. La personalidad del joven será importante, como lo será la situación de los padres y las actitudes hacia el hijo o hija. También es probable que otros factores en la familia, como el número y edad de hermanos, el rol de los abuelos, etc., tengan un efecto sobre el camino que el adolescente tome hacia una autonomía adulta completa.

Durante muchos años se consideró que el enfoque  psicoanalítico proporcionaba ideas importantes sobre el desarrollo de la autonomía. Desde esta orientación, se crea que la ruptura emocional con los padres era un elemento  fundamental del paso hacia la independencia, y que a menos que se produjera separación y desvinculación no era posible convertirse en un adulto maduro. Algunas investigaciones como las de  DOUVAN Y ADELSON  indicaron que las relaciones entre los padres y los adolescentes parecían ser mucho más positiva de lo que se habría esperado si estas teorías fueran correctas. 

También varios autores creyeron  que era posible  desarrollar la autonomía  sin la ruptura que se había concebido  en los primeros puntos de vista teóricos. Así GERENBERGER sostuvo que la responsabilidad social que implicaba  sentimientos de comunidad y proximidad a otros iban de la mano con el desarrollo de la autonomía  .YOUNISS Y SMOLLAR hablaron de interdependencia  un estadio durante el cual tanto el padre  como el adolescente  trabajaban juntos para definir de nuevo su relación .En este estado se mantenía estrechos lazos, sí que el crecimiento  del individualidad  del joven resultara amenazada.

GROTEVANT y Cooper desarrollaron un  sistema  en cuatro pates para codificar los patrones de comunicación familiar. En su sistema la individualidad se refleja  en expresiones de separación  y auto aserción, mientras  que la conexión  se manifiesta por medio  de mutualidad y permeabilidad.
Los resultados de sus estudios  GROTEVAT y Cooper  apoyan la idea de que con la exploración  de la identidad adolescente  y el desarrollo de las destrezas de adopción de perspectivas, se asocia una combinación  efectiva de cohesión y separación.
A modo de ejemplo  STEINBERG Y SILVERBERG desarrollaron la escala  de autonomía emocional:
  •    La “desidealización”, es decir has qué punto el joven ve al padre  como falible y humano
  •  Los “padres como personas”, es decir, la compresión de que los padres son personas  ordinarias que tienen vidas independientes.
  •   La “no dependencia “es decir, si relación con los jóvenes pueden averiguar cosas por sí mismo.
  •  La “individualización”, es decir el grado en que el adolescente  se siente una persona a individual en su relación con el progenitor.
Los resultados de este estudio mostraron un aumento sostenido en todos los aspectos  de la autonomía  entre los 10 y los 14 años de edad, excepto  para el segundo elemento (los padres como personas) que mostró  pocos cambios.

Conviene señalar, que después de los 14 años de edad parecía aumentar poco la autonomía. Lo que indica que el cambio principal se había producido en los primeros años  de adolescencia. FEIRING Y LEWIS (1993) encontraron que, a medida que los adolescentes se hacen mayores, sus padres saben cada vez menos de sus amigos.

En la década de 1990, el debate con varios autores y sus diferentes trabajos prestaron más atención a la significación de la autonomía para el ajuste del adolescente, todos puntuando que las relaciones con los padres son una función esencial. La autonomía es importante, pero también la conexión con los padres.

CONFLICTO Y EL VACIÓ INTERGENERACIONAL

Imagen relacionada
Una de las áreas que ha sido objeto de mas investigación  que la mayoría es la relacionada  con el conflicto progenitor-adolescente. El discurso popular, esto se le conoce como “vacío intergeneracional”. Lo que es especialmente interesante sobre este asunto es que parece haber una divergencia clara de opinión entre los investigadores y el público general. Por lo común, los padres y el público general creen que los años adolescentes traen consigo conflicto y desacuerdo en el hogar, así como opiniones ampliamente divergentes en asuntos como el sexo, las drogas y la moralidad.
Por supuesto, hay familias en las que existen relaciones con problemas entre los padres y los adolescentes, pero también hay otras en las que se dan problemas en las relaciones 

entre los padres y los niños más pequeños. Los estudios muestran que, cuando hay dificultades serias en las relaciones progenitor adolescente, es muy probable que haya habido dificultades graves durante la infancia (HAGGERTY y cols., 1994).

Las investigaciones que examinan los valores y las actitudes encuentran también más similitudes que diferencias entre las generaciones. GECAS y SEFF (1990), por ejemplo, mostraron que los padres y los adolescentes compartían creencias sobre el trabajo, los valores religiosos y morales, y sobre los atributos personales que son importantes para ellos. Por supuesto, sería poco realista ignorar el hecho de que hay diferencias entre las generaciones, tanto en función del gusto personal (por ejemplo, en la ropa, la música, etc.) como en relación con las disposiciones de la vida diaria.

En varios estudios se ha mostrado que cuanto mejor es la comunicación entre los padres y los adolescentes, más probable es que los conflictos se resuelvan.

AMBIENTE FAMILIAR Y DESARROLLO ADOLESCENTE

Resultado de imagen para imagenes de familias


Al pensar en el ambiente familiar  y sus defectos sobre los jóvenes, y su desarrollo, tenemos  que examinar el papel  de los padres, y en lo particular su estilo de educación. Principios de la década  de 1970 Baumrind propuso por primea vez su idea  de que hay dos dimensiones, del comportamiento educativo que es necesario distinguir, la sensibilidad de los padres y su exigencia.

Los padres pueden variar en exigencia y en sensibilidad, para dar cuatro tipos de comportamiento educativo. Se puede clasificar a los padres como indulgentes, indiferentes, con autoridad y autoritarios. Los padres autoritarios dan gran valor a la obediencia y la conformidad. Es más probable que castiguen por una mala conducta, y tienden a no fomentar la autonomía. Los padres con autoridad son cálidos pero firmes. 

Establecen normas y se atienen a los límites, pero es más probable que den explicaciones y que razonen con el joven a que castiguen. Los padres indulgentes (o permisivos) se comportan de una manera benigna y aceptadora, pero esencialmente pasiva. Es poco probable que establezcan normas o que tengan expectativas elevadas para sus hijos, y no ven el castigo como importante. Por último, los padres indiferentes a menudo reciben el calificativo de descuidados.

Ha habido numerosos estudios de estilos de educación parental utilizando esta clasificación, y los resultados son consistentes. Muestran que, en casi todos los casos, los niños y jóvenes educados en familias con padres con autoridad puntúan mejor en una serie de medidas, incluida la autoestima, la adopción de perspectivas y la probabilidad de evitar comportamientos de riesgo, como tomar drogas, la actividad sexual precoz, etc.

Los adolescentes educados en hogares indulgentes a menudo son menos maduros, más irresponsables y más sometidos a sus iguales. Como podía esperarse los que se educan en familias negligentes o indiferentes son los que, corren mayor riesgo. Es probable que sean más impulsivos y se impliquen en comportamientos de alto riesgo a una edad temprana (FULIGNI y ECCLES, 1993; KURDEK y FINE, 1994).

CULTURA Y ORIGEN ÉTNICO

Revisaremos  algunos estudios  que han investigado el papel del origen étnico en esta área. Una comparación  que se hace a menudo es entre las diferencias en el tiempo que se pasa en el entorno  familiar  y la proximidad emocional de los padres y adolescentes  en culturas diferentes. La comparación fue instructiva .En argentina  casi el 80%  de los jóvenes en el intervalo  de 15 y 16 años  comunicó que comía con sus padres, mientas que tan solo lo  hacía un 35 % de la muestra escocesa.

La cultura japonesa proporciona un punto de comparación importante, puesto que, como GJERDE y SHIMIZU (1995) señalan, el rol del padre difiere significativamente del que estamos acostumbrados a ver en occidente. En Japón, la madre es la figura parental central, y el padre está “ausente” durante la mayor parte del tiempo. Además, se desaprueba cualquier expresión abierta de discordia, de manera que el conflicto es difícil de manejar.

En pocas palabras, los resultados mostraron  que las relaciones estrechas ente el adolescente y la madre  (cohesión elevada) eran adaptativas en la medida en que los padres  estuvieran de acuerdo en materias relacionadas  con la socialización  adolescente. Sin embargo, cuando la madre o el padre  discrepaban, la cohesión madre –adolescente se relacionada con un mal ajuste .Como señalan  los autores, estos resultados ilustran el hecho del  que el papel del padre es sumamente  significativo aun cuando este lejos de casa  y participé con poca frecuencia en la vida familiar.

MADRES  Y PADRES               

Imagen relacionada

Las diferencias entre madres y padres en las relaciones con sus hijos adolescentes han sido un tema de constante interés para los investigadores. Sin embargo, el cuadro que ha surgido ha sido algo unilateral, puesto que casi todos los estudios han comunicado que las madres proporcionan más apoyo, están más interesadas y se comprometen más en la tarea de educar a sus hijos e hijas. YOUNISS y SMOLLAR (1985).

Estos autores creen que los padres son importantes estableciendo las metas a largo plazo, determinándolas y proporcionando disciplina, y actuando como modelos de rol.         
SHULMAN y SEIFFGE-KRENKE (1997) señalan, la mayoría de los análisis de la paternidad en la adolescencia tienen como punto de partida un modelo de “deficiencia”. 

Como la madre es vista como el progenitor más implicado, el padre es “deficiente” en alguna manera. Es interesante que no todos los estudios comuniquen que los adolescentes están insatisfechos con sus padres. Tanto en HANSON (1988) como en MONTEMAYOR y BROWNLEE (1987), los jóvenes indicaron que se sentían satisfechos con el rol que sus padres desempeñaban en su vida. Se realizaron entrevistas con los padres con respecto a las conductas que fomentaban y disuadían. Los resultados mostraron que los padres se veían a sí mismos como más implicados en fomentar conductas instrumentales como la independencia y la asertividad, mientras que era más probable que las madres estimularan las destrezas interpersonales y el compromiso con la familia. HAUSER y cols.(1987) examinaron también esta cuestión analizando las interacciones verbales mientras los progenitores y los jóvenes trabajaban en una tarea compartida. Encontraron que los padres expresaban más interés y apoyo por las propuestas e ideas de los adolescentes, mientras que las madres expresaban más habla limitativa, que apoyaba menos al joven. Así, está claro que las madres y los padres aportan estilos e intereses alternativos a la tarea de la educación. Sin un reconocimiento de ambas contribuciones, no obtendremos un cuadro realista del funcionamiento familiar durante la adolescencia.      

DIVORCIO  Y EL CAMBIO DE LA NATURALEZA DE LAS FAMILIAS 

               
Resultado de imagen para IMAGENES DE DIVORCIO
Nuestra comprensión de la familia ha experimentado un profundo cambio durante la última parte de este siglo. Actualmente, una proporción significativa de niños y jóvenes crece en familias encabezadas por un solo progenitor o en las que se ha producido algún cambio en la relación de los padres. Algunos estudios muestran también que las familias monoparentales están en aumento, subrayando el hecho de que no son sólo las tasas crecientes de divorcio lo que está en el fondo del cambio de las estructuras de la familia. 

Las actitudes y los valores sobre la familia están cambiando también, especialmente en los grupos de menor edad.La primera cuestión que hay que considerar es si el estadio evolutivo en el que se produce el divorcio tiene alguna significación para el ajuste. Aunque es difícil estar seguros sobre esto, porque muchos estudios confunden el momento del divorcio con el tiempo que ha transcurrido desde que éste tuvo lugar, podemos decir que es probable que a los niños pequeños les afecte de diferente manera que a los adolescentes.
Una conclusión importante de toda la investigación en este campo es que el divorcio es un proceso más que un acontecimiento.

Resulta interesante que no todos los autores crean que el divorcio es una experiencia negativa. Algunos han sostenido que, para los adolescentes que han estado expuestos a un conflicto familiar crónico, la separación de los padres puede venir como una liberación (MCLOUGHLIN y WHITFIELD, 1984; MITCHELL, 1985).

Como se habrá puesto de manifiesto, la investigación en este campo no siempre alcanza resultados consistentes. Esto se debe en parte a que hay diversas dificultades en su ejecución. Muchas familias no se sienten capaces o no desean compartir sus experiencias con los investigadores, a causa de su propia angustia o de temores respecto a que debatir la historia familiar afecte negativamente a los jóvenes.

La comunicación entre el joven y los padres es crítica para el reajuste familiar; sin embargó, la investigación muestra que en este momento los padres comentan poco a sus hijos sobre lo que sucede (MITCHELL, 1985).

LA EDUCACIÓN DE LOS ADOLESCENTES

El tema de la educación parece recibir más atención hoy que en décadas anteriores.
Una diferencia importante entre los padres de adolescentes y los de niños más pequeños tiene que ver con la incertidumbre acerca del papel de la educación. Para los padres de niños pequeños, hay poca dificultad en la definición de los roles y las responsabilidades, sin embargo, no ocurre así en los padres de adolescentes. los padres de adolescentes no tienen una idea clara de lo que se espera de ellos en relación con el control y la supervisión, el establecimiento de límites para un adolescente de 14 años, o la regulación de las tareas escolares o la cantidad de televisión que es admisible.

La mayoría de los padres se sienten desorientados en estas materias, lo que lleva a un descenso de la confianza en sí mismo, mayor ansiedad y una educación menos efectiva (COLEMAN, 1997b). Pero en realidad, hay muchos datos en las publicaciones que se pueden utilizar para guiar y ayudar a los padres de los adolescentes.

Se puede dar un ejemplo final de cómo utilizar la investigación para ayudar a los padres en el desarrollo de estrategias efectivas con este grupo de edad. La noción de control percibido la exploraron primero BUGENTHAL y colaboradores en su trabajo con familias en las que existían malos tratos (BUGENTHAL y cols., 1989), y se desarrolló más en GOODNOW y COLLINS (1990), un texto clásico sobre educación. La idea de control percibido llega al centro del dilema de la educación. Esencialmente, se propone que cuanto mayor sea la percepción de los padres de que ellos tienen el control, más efectivos serán dirigiendo el ambiente de atención al niño y proporcionando una disciplina con autoridad, en lugar de autoritaria.

Cuando los padres ven que pierden el control sobre el comportamiento del joven, es probable que hagan una de dos cosas. Pueden volverse más ansiosos y acudir a un uso cada vez mayor de la disciplina coercitiva.Este grupo de padres es el que tiene más posibilidades de utilizar métodos físicos de castigo, y todos los datos muestran que los resultados para las familias en que se utilizan estas estrategias no son buenos. Por otra parte, los adultos que tienen un control percibido bajo pueden deprimirse y desarrollar una sensación de indefensión sobre su rol de padres. En estas situaciones, ambos progenitores tienden a rendirse y dejar que sus hijos adolescentes sigan su propio camino, mostrando estilos de educación permisivos o indulgentes.

Las publicaciones aportan muchas ideas que podrían servir de ayuda para los padres de hijos adolescentes, sin embargo, pocos son conscientes de esto. Incluso los que tienen acceso a esta información podrían dudar de cuánto apoyo podría representar está en la rutina diaria desarrollada entre disputas y gruñidos sobre las tareas escolares para casa, las habitaciones sin arreglar, los hábitos de alimentación, la cantidad excesiva de televisión, etc.


JUEGOS Y PELÍCULAS PARA LA CONVIVENCIA FAMILIAR

1. La moneda
Para este juego necesitas una moneda y una venda o pañuelo. Primero se le vendan los ojos a uno de los participantes. Luego, el resto se sienta en una rueda y colocan al vendado en el centro de la ronda. Comienzan a cantar una canción mientras se pasan la moneda de mano en mano. Cuando termina la música, la persona que quedó con moneda en mano en ese momento, la esconde en su puño y coloca ambas manos cerradas en la espalda. El resto de los participantes coloca sus manos de esa forma también; entonces, el que esta vendado no sabe quién esconde la moneda y deberá adivinarlo. Si no lo adivina, tendrá un castigo: cantar una canción, saltar en un pie u otras ideas graciosas que se les ocurran.

2. Dígalo con mímica
Este juego, además de ser un clásico, es muy divertido. Se dividen en dos equipos. Un miembro pasa al frente y debe representar con gestos una película. El resto de su equipo debe adivinar. Si lo hacen, se ganan un punto y siguen jugando. Cuando pierden, sigue la ronda con el otro equipo.

Buscando a Nemo (2003)
El pececillo Nemo, que es hijo único, es muy querido y protegido por su padre. Después de ser capturado en un arrecife australiano va a parar a la pecera de la oficina de un dentista de Sidney. Su tímido padre emprenderá una peligrosa aventura para rescatarlo. Pero Nemo y sus nuevos amigos tienen también un astuto plan para escapar de la pecera y volver al mar.


Señora Doubtfire, papá de por vida (1993)

Daniel Hillard es padre y esposo. Sus hijos lo consideran un padre maravilloso, pero su mujer está cansada de que se comporte como si también él fuera un niño. Tras un accidentado divorcio, aunque lucha con todas sus fuerzas para conseguir la custodia de los niños, el juez no se la concede. Decide entonces hacerse pasar por una señora mayor para poder ser, al menos, la canguro de sus hijos.


SALUD ADOLESCENTE Algunos autores han examinado diversos aspectos de la salud adolescente, incluidos los riesgos para la salud....